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miércoles, 20 de marzo de 2013

Entonces...

"Entonces me decías que no debía confiar, incontables fueron las veces que escuché de ti un “la gente es mala”, crecí bajo esa idea en la cual tú me decías que pedir disculpas bastaba pues perdonar para ti era demasiado. No te estoy haciendo responsable de mi forma de ser, pero sí debo admitir que tu manera de ver todo, influyó en mí, y bastante. Con el tiempo me convertí en un ser frío, desconfiado, un ser que construía barreras y no pasaba de ellas por temor a ser visto o descubierto. Insisto no te culpo, de cierta manera te agradezco, creo que gracias a ello evité muchos dolores y errores, pues mi manera de ser no los permitió. Solo te quiero decir que si hoy, tú deseas decirme “rencorosa”, adelante…"

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